Hemingway: El Refugio del Pescador

Es algo extraño pensar en Ernest Hemingway, el escritor de vibrante personalidad, viviendo en una tranquila y silenciosa propiedad, escondido allí del bullicio y la tensión que fueron cotidianos acompañantes en su vida aventurera.

Pero recordemos que la escritura es un acto solitario, de decantación. Y eso hacía por las mañanas: profesaba su religión frente a una máquina de escribir. Por las tardes, salía casi diariamente al mundanal bullicio de la Habana de entonces, y a veces pescar los grandes peces del mar azul en el cercano puertecito de Cojímar. Lo cierto es que, se enamoró de aquel mar y de la Cuba que había frecuentado, incluso cuando vivía en Cayo Hueso (Key West), al otro lado del Estrecho de la Florida, donde previamente vivió unos diez años.

Dando vueltas en el azulado estrecho de la Florida y su potente Corriente del Golfo (Gulf Stream), llegó a La Habana. Años después, corría el 1940 cuando decidió adquirir el terreno conocido como Finca Vigía, ubicado en la colina de San Francisco de Paula, a unos 15 kilómetros de la ciudad capital.

El amante de la peligrosidad y los arrostramientos en la vida, también disfrutaba la gracia que tenía este mágico lugar, y de ello alimentó su obra. Pasaba horas en la habitación de su retiro: encerrado, meditabundo, volcado hacia la creación literaria.

Entre otras joyas lingüísticas concibió en Finca Vigía: Por quién doblan las campanas (For whom the bells tolls, 1940) y El Viejo y el Mar (the old man and the sea, 1952); consideradas entre los mejores relatos de autores norteamericanos. Luego de su muerte serian publicadas :París era una fiesta(A moveable feast,1964),Islas en el Golfo(Islands in the stream,1972),El verano peligroso(The dangerous summer,1985),El jardín del Edén(The Garden of Eden,1986) y Al romper el alba(True at first light,1999)

Además de la casa central y su "torre de marfil", la propiedad consta de una piscina con pérgola, el bungaló-garaje, el cementerio de sus numerosas mascotas, todo rodeado por una variedad de más de 500 especies de plantas. La casa principal, decorada de manera rústica, contenía en su interior una personalísima colección de trofeos y objetos que atesoró durante los 20 años que habitó sus cuatro hectáreas, desde 1940 hasta poco antes de su muerte en 1961. En 1960 Hemingway viajó desde Cuba a los EEUU, en circunstancias un tanto precipitadas y aun no del todo explicada y dejó allí intactos, manuscritos, libros, trofeos, pinturas; con evidente intención de continuar usándolas y disfrutándolas en breve. Pero nunca regresó, por el contrario,con un escopetazo él mismo hizo imposible su retorno físico.

El 21 de julio de 1962,la hacienda fue convertida en el primer museo dedicado a la figura hemingwayana .Hoy, habiéndose cumplido un poco más del centenario del nacimiento del literato, profesionales de la museología conservan intacta la distribución del lugar, tal cual era en el período en que fue habitada por aquella fuerte personalidad. Solo se le ha agregado la plataforma y su venerado yate "El Pilar".La exquisita propiedad conserva la esencia del sabio norteamericano de perpetuo reconocimiento universal.

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